Vol. 7 Núm. 3 (2021): El arte y su enseñanza: ¿son caminos para todes?
En tiempos de pandemia de Covid19, las relaciones humanas se han vuelto extrañas, contaminantes, además de la enfermedad, los miedos, la violencia, el odio, el racismo, el machismo, los prejuicios de género, de color y la muerte. Estas relaciones se han vuelto tan increíbles que nos parecen inhumanas. Pero, son parte de lo humano, lo imaginario trae simbologías, imágenes buenas y malas. Y en la pandemia, estas máscaras sociales cayeron al suelo cuando tuvimos que vivir aislados y en contacto directo con las familias dentro de nuestras casas. Ya sea en casa o en la calle, la violencia prosperaba.
Para algunos, las armas lo resuelven todo; para nosotros, el amor y las relaciones afectivas nos desplazan de esos lugares de violencia. Y es en este contexto de amor que proponemos pensar en una edición de la Revista Apotheke centrada en temas de disidencia. La intención es destacar lo que tenemos de maravilloso entre las personas que suelen estar al margen de la sociedad y, por tanto, son invisibles. Es una forma de resistencia. Los negros, los indígenas, los gays, los no binarios, los mixtos, cualquiera que sea su aspecto, merecen ser respetados en sus diferencias. Estas personas, normalmente excluidas por ser diferentes, hacen arte y se expresan a través del arte. El arte es para todos. Y tenemos innumerables personas que hacen arte que no encajan en un estándar preestablecido en la sociedad patriarcal en la que vivimos. Sacar del olvido las narrativas que se oponen a las hegemónicas, dar luz a las historias de vidas disidentes. Pretendemos transformar estas narrativas e incluirlas en las clases de artes visuales, cada vez más. Estos artistas están repartidos por todo el mundo, más concretamente en Brasil, y tenemos que mostrarles y presentarles cómo su creación repercute en la vida que llevan, a menudo en lugares de ocultación social. En la enseñanza del arte, es urgente que tengamos una historia de inclusión y que estos artistas se hagan visibles en las lecturas de imágenes que se realizan en el aula. Es el deseo de un mundo más igualitario que acepte las contradicciones inherentes al ser humano, una sociedad democrática y con clases de arte que incluyan más artistas trans, negros, indígenas, multicolores, diferentes, es decir, cuerpos disidentes para una enseñanza del arte disidente.