e-ISSN 1984-7246
Adelcio
Camilo Machado[ii]
Universidade Federal de
São Carlos (UFSCar)
São Carlos, SP – Brasil
lattes.cnpq.br/4163948825825308
Raul Ayrton Franco[iii]
Universidade Federal de
São Carlos (UFSCar)
São Carlos, SP –
Brasil
lattes.cnpq.br/0960563330280717
Sobre niños, caderas,
pesadillas y deberes: diáspora africana, orgullo negro y opresión racial en el
disco de Emicida
Abstract
Este artículo examina el
álbum Sobre Crianças, Hips, Nightmares and Lessons de Casa, lanzado por Emicida
en 2015. Los análisis buscaron señalar las formas en que la llamada nueva
condición del rap (Santos, 2022) se formaliza en la constituyente. elementos
del álbum en su conjunto, así como dentro de sus rangos. Se pudo reconocer que
la experiencia de la diáspora africana constituye el núcleo del álbum. Más
específicamente, se observó que el álbum aporta un equilibrio entre
composiciones que denuncian la opresión que sufre la población negra y, en el
polo opuesto, temas que abordan la negritud desde una perspectiva celebratoria
y edificante. A su vez, dichos temas encuentran correspondencias entre, por un
lado, el uso de sonidos más agresivos y, por otro, una mayor delicadeza y
ligereza sonora, tanto en el canto como en la base musical. También se
encontraron diferentes formas de cantar, algunas muy cercanas a la propia
oralidad y otras con mayor formalización musical. En resumen, se discutió que
la diversidad de temas y sonidos presentes en el álbum es compatible con la expansión
de la audiencia del rap, algo constitutivo de su condición contemporánea, y que
en eso radica tanto su fuerza como el límite de su crítica.
Keywords: rap
brasileño; Emicida; canción popular; diáspora africana.
Sobre crianças, quadris,
pesadelos e lições de casa: diáspora africana, orgulho
negro e opressão racial em disco de Emicida
Resumo
O presente artigo examina o disco Sobre crianças, quadris, pesadelos e lições
de casa, lançado por Emicida em 2015. As análises procuraram apontar as
maneiras pelas quais a chamada nova condição do rap (Santos, 2022) se formaliza
nos elementos constitutivos do álbum como um todo, bem como no interior de suas
faixas. Foi possível reconhecer que a experiência da diáspora africana se
constitui como o cerne do disco. De modo mais específico, observou-se que o
álbum traz um equilíbrio entre composições que denunciam as opressões sofridas
pela população negra e, no polo oposto, por faixas que abordam a negritude a
partir de uma perspectiva celebrativa e enaltecedora. Por sua vez, tais temas
encontram correspondências entre, de um lado, o emprego de sonoridades mais
agressivas e, de outro, maior delicadeza e leveza sonora, tanto no canto quanto
na base musical. Foram constatadas ainda diferentes maneiras de cantar, algumas
muito próximas à própria oralidade e outras com maior formalização musical. Em
síntese, discutiu-se que a diversidade de temas e de sonoridades presentes no
disco mostra-se compatível com a ampliação do público do rap, algo constitutivo
de sua condição contemporânea, e que nisso reside tanto sua força quanto o
limite de sua crítica.
Palavras-chave: rap brasileiro;
Emicida; canção popular; diáspora africana.
1 Pista de apertura del álbum
Timbre de piano acústico que realiza un acorde Ab7M en la región
media-alta, con una división rítmica regular que marca, sobre todo, el pulso y
define así un tempo lento, en torno a 76 bpm, en compás cuaternario. Este
acorde permanece durante dos compases, seguido de un Cm7, que suena como un
reposo armónico - y por lo tanto asume la función de la tónica - manteniendo
una división rítmica similar y permaneciendo también durante dos compases.
Después vuelve el acorde Ab7M durante otros dos compases, pero esta vez
acompañado de una batería electrónica con cierto grado de reverberación. El
bombo tiene un sonido seco, de frecuencias medias-bajas, la caja tiene un
sonido más parecido al de woodblock,
un tono agudo y un decaimiento rápido, y el bombo tiene un tono sintetizado. Al
mismo tiempo que entra la batería, hay algunos efectos de sonido en el fondo de
la mezcla, normalmente de mayor duración. Luego pasamos un compás con el piano
en el acorde Fm7, ya en una región menos aguda y por tanto más central del
instrumento, hasta llegar al Cm7 en el compás siguiente, manteniendo la misma
región. Hasta ahora, tanto el tempo como las sonoridades crean una atmósfera de
ligereza y delicadeza. Así comienza la
pista "Mãe", el primero del álbum Sobre crianças, quadris,
pesadelos e lições de casa[1], publicado en 2015 por el rapero Emicida.
Tras estos ocho compases de introducción instrumental, comienza el canto
de Emicida. La base musical, en gran medida, mantiene las características
presentadas hasta ahora, pero la batería electrónica, aunque sigue el mismo
compás rítmico, tiene un bombo más intenso con mayor presencia de frecuencias
graves y una caja con un timbre más parecido al de la batería acústica y con
frecuencias medias. Estos sonidos atenúan un poco esa delicadeza inicial, pero
acaban ocupando más las regiones medias y bajas del espectro sonoro.
Aun así, la voz de Emicida es muy
suave, e incluso hay algunos momentos en los que sopla[2]. Siguiendo la tradición entonativa del rap en la que
se formó, Emicida estabiliza rítmicamente su canto mediante distintas formas de
subdividir el compás. Además, ya en los primeros versos[3], muestra una de sus señas de identidad, que es su
trabajo con la sonoridad de las palabras, que se ve en la profusión de rimas -
que aparecen no sólo al final de los versos, sino también dentro de ellos
(peito, imperfeito e estre; imposto e encosto) al final de los versos, sino
dentro de ellos (peito, imperfeito e estreito; imposto e encosto) -, en las
aliteraciones (sorriso no rosto") y en las asonancias (banzo,
tanto, pranto, canto e chorando) (Emicida - Mãe [...],
2015).
Sin embargo, en lo que respecta a la dimensión melódica, el canto de
Emicida se aleja un poco de la tradición del rap, donde, según el investigador
Marcelo Segreto, no se acostumbra "estabilizar la frecuencia en tonos que
coincidan con las notas musicales", lo que significa que "el tono en
el rap [es] generalmente el tono de la voz hablada" (Segreto, 2015, p.
28). Esto se debe a que, al principio de la parte cantada de "Mãe",
Emicida sostiene tramos de su canto en regiones más delimitadas de la frecuencia,
lo que da la sensación de que está entonando notas musicales, por difícil que
sea precisarlas con exactitud.
Sin embargo, esta forma de cantar no se mantiene durante todo el tema.
Por el contrario, hay momentos en los que Emicida promueve un aumento de la
fuerza entonativa[4] al abandonar estas regiones de frecuencia más
delimitadas y hacer que los tonos sean equivalentes a sus inflexiones vocales.
En otras palabras, es cuando Emicida se acerca más a la forma más convencional
de cantar en la escena del rap. Esto aparece sobre todo en la segunda estrofa
de la canción, en versos como "No me he olvidado de la señora que limpia
los pisos de estos gilipollas" (Emicida - Mãe [...], 2015). Por último,
hay momentos en los que el rapero atenúa la fuerza entonativa y acentúa así la
forma musical de su canto, concretando la estabilización de los tonos en notas
musicales que permiten reconocer cada una de las notas cantadas. Esta forma de
cantar se escucha especialmente en los estribillos ("Nuestras manos aún encajan
bien" [...]) (Emicida - Mãe [...], 2015), en los que no sólo canta
Emicida, sino también la cantante Anna Tréa. Por último, al final de la
grabación, a partir de los 4 min. 03 s., se produce el momento de mayor
intensificación de la fuerza entonativa, que ocurre no en la voz del propio
Emicida, sino en la de doña Jacira, la madre del rapero, que recita los versos
finales. En este caso, ni siquiera hay estabilización rítmica, lo que significa
que tanto los tonos como el ritmo son los mismos que en la voz hablada.
La letra de la canción se estructura en torno a un yo-canción que se
dirige a su madre. Con esto, son varios los pasajes que apuntan a imágenes
llenas de ternura que enfatizan los lazos entre hijo y madre ("Nuestras
manos aún encajan bien", "En todo veía la voz de mi madre / En todo
nos veía", "Hasta mi camino es el suyo", "Estos días
encontré, en mi caligrafía, / Tu letra y las lágrimas que mojaban la
pluma") (Emicida - Mãe [...], 2015). [5] Esta perspectiva se complementa con el extracto final
en el que, en primera persona, la propia madre relata con el mismo afecto el
nacimiento de su tercer hijo ("Busqué el amor en las cosas que quería /
Luego pensé que amaría mucho más / Alguien que saliera de mí y nada más / Me
sentí como la tierra, sagrada") (Emicida - Mãe [...], 2015). Al mismo
tiempo, hay otros pasajes que, en sentido opuesto, apuntan a las diversas
dificultades que atravesaron la vida de aquella madre ["Profundo ver el
peso del mundo sobre la espalda de una mujer"; "[...] niña, ¿de dónde
sacaste tu fuerza?"] (Emicida - Mãe [...], 2015), que valorizan aún más el
célebre personaje.
Cabe destacar que la propia letra de la canción contiene algunos
marcadores de negritud, que se pueden encontrar en el pasaje "Cuando digo
que vi a Dios / Era una mujer negra" (Emicida - Mãe [...], 2015) y en la
mención de los barrios de esclavos en el pasaje "Lucha diaria, filo de
navaja, ¿marcas? Varias / Senzalas, cesáreas, cicatrices» (Emicida - Mãe [...],
2015). Así, el propio plan interno de la canción no deja lugar a dudas de que
la madre en la que se centra la letra es una mujer negra y, además, de que el
material histórico utilizado como punto de referencia para su elaboración
consiste en la experiencia de las mujeres negras en el contexto de la diáspora
africana.
La elección de comenzar el examen del álbum Sobre crianças con la canción "Mãe" se justifica no sólo
porque es la pista de apertura, sino porque condensa características que marcan
el álbum en su conjunto. A primera vista, puede verse que la experiencia de la
diáspora africana (Hall, 2003) está presente en todos sus pistas, desde
diferentes perspectivas, tanto en sus letras como en sus sonidos[6]. Además, se puede considerar que la pista
"Mãe" y el disco se desarrollan en la intersección de cuatro ejes
principales. El primero de ellos consiste en la gradación antes mencionada
entre, por un lado, el predominio de la forma musical y, por otro, la
prevalencia de la fuerza entonativa en las voces.
En este sentido, podemos ver que en dos pistas - "Amoras" y
"Trabalhadores do Brasil"- hay un uso más intenso de la entonación,
hasta el punto de que las voces no se estabilizan rítmicamente ni en notas
musicales, sino que se manifiestan a través de la oralidad, de forma similar a
lo que ocurría al final de "Mãe", como ya se ha mencionado. En el
otro extremo del espectro, hay al menos tres pistas cuyos tonos se estabilizan
en notas musicales: "Baiana", "Passarinho" y
"Sodade", que se insertan secuencialmente en una posición central del
álbum, entre la sexta y la octava pistas. Las demás se sitúan entre estos
extremos, aportando distintos niveles de gradación entre forma musical y fuerza
entonativa, y suelen consistir en una sección de la canción con canto
organizado rítmicamente, pero con tonos correspondientes a inflexiones del
habla, y otra sección con la voz entonando notas musicales.
El segundo eje consiste en una oscilación entre, por
un lado, una mayor delicadeza y ligereza del sonido y, por otro, el uso de
sonoridades más agresivas, tanto en el canto como en la base musical. Así,
pistas como "Mãe", "Amoras", "Mufete",
"Baiana", "Passarinhos" y "Madagascar" utilizan
sonidos más ligeros, generalmente basados en instrumentos acústicos o incluso
digitales, con tonos más limpios y ataques suaves; además, estas canciones
presentan emisiones vocales igualmente suaves, sin indicar tensión. Por otro
lado, las pistas "8" y "Boa esperança" tienen sus cimientos
construidos sobre todo por instrumentos digitales con mayores intensidades y
ataques más agudos, que se asocian a emisiones vocales más tensas. Las demás
pistas, en cambio, oscilan entre estos dos polos, que se analizarán a
continuación.
Un tercer eje se caracteriza, en un extremo, por
canciones que denuncian la opresión que sufre la población negra y, en el
extremo opuesto, por composiciones que abordan la negritud desde una
perspectiva celebratoria y elogiosa. En este sentido, canciones como "Boa
Esperança", "Mandume" y "8" expresan descontento y se
enfrentan a las diversas formas de violencia que impregnan las experiencias de
la población negra. "Mufete" y "Salve Black (estilo
livre)", por ejemplo, presentan letras y sonidos que valorizan diversos
aspectos vinculados a las personas y la cultura negras.
Por último, el cuarto eje corresponde a una
alternancia entre pistas del álbum centrados en situaciones más
individualizadas y otros con un enfoque más colectivo. El primer grupo incluye
las canciones "Mãe", "Amoras", "Baiana" y
"Chapa"; el segundo, las pistas "Mufete", "Boa
esperança", "Trabalhadores do Brasil" y "Salve Black
(estilo livre)". Como ya se ha dicho en otras situaciones, esta distinción
no impide que algunas pistas pasen de un enfoque individual a algo más
colectivo y viceversa.
Cabe
destacar que si estos ejes modulan el álbum en su conjunto, lo mismo ocurre
dentro de cada tema. En el transcurso de las mismas, podemos observar momentos
de intensificación hacia algunas de las polaridades de los ejes descritos
anteriormente - y, en consecuencia, de atenuación de otras. Para comprender
mejor esta dimensión, es necesario examinar cada una de estas pistas por
separado. Pero antes de proceder a estas consideraciones, es importante situar
el álbum dentro de la trayectoria de Emicida, lo que nos ayudará a comprender
los significados que esta producción fonográfica tiene tanto en la carrera
concreta del artista como en el panorama del rap nacional.
2 Emicida y el álbum Sobre crianças
En la organización actual de la discografía de
Emicida, disponible en su página web oficial[7], Sobre crianças,
publicado en 2015, aparece como el séptimo álbum de la carrera del rapero[8], el primero de los cuales fue publicado en 2009.
Antes de su primer álbum, el rapero ya había producido su primera canción,
"Contraditório vagabundo", en 2005, y el sencillo "Triunfo", en 2009. Otra experiencia que parece
significativa para la inserción y consolidación de Emicida en el circuito del
rap fue su participación en batallas de freestyle,
especialmente en la llamada Batalha do Santa Cruz, celebrada en la estación de
metro de Santa Cruz, en la ciudad de São Paulo, en la que venció por primera
vez en 2006[9].
Cabe destacar que el trabajo de Emicida en la escena
pública no se limitó a su producción como rapero, sino que abarcó otras
dimensiones. Destaca su actividad empresarial, que se estructuró de forma más
sólida en 2009, cuando el artista y su hermano, Evandro Fióti, fundaron la
productora Laboratório Fantasma. Fue a través de ella que Emicida inicialmente
produjo y editó sus propios discos, pero más tarde la empresa también trabajó
con otros artistas e incluso en otros segmentos del mercado, como la ropa y los
accesorios.
La socióloga Daniela Vieira dos Santos considera que
esta implicación en otros ámbitos, además de la producción discográfica, es un
síntoma de la "organización y representación del rap más allá de un género
musical" (Santos, 2022, p. 14). El autor reconoce un camino en el que el
rap aparece inicialmente vinculado a la cultura hip-hop, pasa a ser pensado
como un "género musical" más ligado a los mecanismos de producción
discográfica y culmina, más recientemente, en ser "pensado no sólo como
música, sino como un concepto - un estilo de vida y de consumo que va más allá
de sus 'orígenes'" (Santos, 2022, p. 14).
A su vez, esta suplantación del rap en relación a su
estatus como género musical aparece para Santos como uno de los rasgos de lo
que definió como la nueva condición del rap, de la que Emicida sería un emblema
(Santos, 2022, p. 5). El sociólogo define esta categoría para expresar los
cambios en el lugar social y simbólico del rap, que incluyen:
1) impacto de las tecnologías digitales, que reestructuran la
producción, circulación y recepción de la práctica musical; 2) cambios en la
gestión de las carreras artísticas; 3) aumento de la legitimidad cultural del
rap 4) cambio en el estatus de los artistas; 5) internacionalización del rap
brasileño; 6) ampliación del concepto de rap/Hip Hop más allá de un género
musical; 7) protagonismo femenino y LGBTQI+; 8) diversificación de públicos
(Santos, 2022, p. 5). 5).
A partir de estas reflexiones, se puede considerar que
el álbum Sobre crianças, aquí
enfocado, es otra de las producciones de Emicida que se inscribe en esta nueva
condición del rap. Así pues, este artículo pretende debatir las formas en que
esta condición se inscribe en el disco[10]. Por ello, desde un punto de vista teórico, el
estudio se inspira y apoya en los apuntes del crítico literario Antonio Cándido
(2011) sobre el examen de la relación entre la obra y su contexto histórico y
social. El autor considera que la integridad de la obra exige que su estudio se
realice "fusionando texto y contexto en una interpretación dialécticamente
integral" (Cándido, 2011, p. 13). Más concretamente, Cándido nos invita a
darnos cuenta de cómo el elemento externo "desempeña un determinado papel
en la constitución de la estructura, convirtiéndose así en interno" (2011, p. 14). El objetivo aquí es entender cómo lo
que Santos ha llamado la nueva condición del rap no sólo se caracteriza como
algo que rodea externamente al álbum de Emicida, sino cómo se formaliza en sus
elementos internos.
Como ya se ha indicado, Sobre
crianças fue publicado en 2015, cuando el artista celebraba 10 años de
carrera[11]. Para celebrar este hito, Emicida viajó a Angola y
Cabo Verde, países del continente africano que, como Brasil, fueron gobernados
por el colonialismo portugués y, entre los muchos legados de este proceso
histórico, tienen el portugués como lengua oficial. Además de estos aspectos,
la elección de estos destinos se debió a que ambos habían cumplido 40 años de
independencia ese mismo año (Sobre [...], [20--]). Según el rapero, el disco surgió con el objetivo
de expresar cómo Brasil y el continente africano en su conjunto estaban
intrínsecamente unidos, a pesar de la distancia geográfica (Sobre [...], 2015).
Para ello, se insertaron en las canciones sonidos y temas asociados a las
culturas africana y afrobrasileña, y también hubo una importante participación
de músicos y grupos de artistas angoleños y caboverdianos en las grabaciones.
El disco tiene un total de 52 minutos de música, repartidos en 14
pistas. De ellas, Emicida no firma la autoría ni participa en la interpretación
de dos: "Sodade", cuya autoría se atribuye a Nenzalina Correia y
Semedo Garcia, y que fue interpretada por Neusa Semedo, líder del grupo de batucadeiras
Terreiro dos Órgãos, de Cabo Verde; y "Trabalhadores do Brasil",
compuesta e interpretada por Marcelino Freire. De las 12 pistas restantes, seis
("Amoras", "Mufete", "Passarinhos",
"Chapa", "Madagascar" y "Salve Black") se
atribuyen a Emicida y Xuxa Levy, que también firma otras dos composiciones
("8" y "Casa") con otros coautores, y fue también el
productor del disco, junto con Emicida y Evandro Fióti.
Si se observan las pistas en secuencia, se puede
dividir el álbum en cuatro bloques. La primera de ellas comprende la pista de
apertura, ya mencionada, y las dos siguientes. El segundo bloque es el más
ligero, tanto musicalmente como en cuanto a letras, y abarca las cuatro pistas
siguientes. Cinco pistas componen a continuación el tercer bloque, en el que el
álbum alcanza el ápice de su dimensión de denuncia y también de venganza.
Finalmente, las dos últimas pistas forman parte de un cuarto bloque, en el que
la celebración de la negritud vuelve a cobrar protagonismo. A continuación
comentaremos estas pistas, que se insertan dentro de estos bloques.
3 De la exaltación de la maternidad al "suelo indócil"
Como ya se ha dicho, la pista "Mãe" es el que da el
pistoletazo de salida al álbum. Crea una atmósfera de ternura y ligereza,
marcada por un fuerte componente lírico[12]. Como ya se ha subrayado, esta atmósfera está
impregnada en ocasiones por una mayor tensión en la fonación de Emicida, que
suele estar relacionada con pasajes de la letra que aluden a las diversas
dificultades a las que se enfrenta el personaje al que se refiere la canción.
Aun así, el comienzo de la escucha del álbum está marcado por la ligereza y la
suavidad, apuntando ya a un cierto carácter festivo -en este caso, de las
mujeres negras-, aunque se haga con serenidad más que con euforia. Además,
siguiendo los argumentos de Mostranges (2023, p. 65), la pista consigue captar
"la relevancia de la maternidad en las sociedades matriarcales y también
en aquellas cuya ascendencia forma parte de la organización social".
La siguiente pista del disco, titulado "8", establece un
intenso contraste con la canción inicial. Hasta alrededor de los 25 segundos,
no tiene un tempo ni un patrón rítmico definidos, sino que se construye
únicamente con sonidos que recuerdan, por un lado, a timbres sintetizados y,
por otro, a sonidos "naturales" que aluden al piar de los pájaros.
Sin embargo, después de esos primeros segundos, se oye la voz de Emicida
cantando con bastante firmeza e intensidad, en una canción rítmicamente
estabilizada, pero sin fijar los tonos en notas musicales. Al mismo tiempo, hay
una batería electrónica que marca el tempo en torno a los 85 bpm -un poco más
rápido que "Mãe"- y un compás cuaternario. El bombo y la caja tienen
un sonido seco, con un ataque intenso y un decaimiento rápido, y frecuencias
medias-bajas.
La letra de "8" presenta diversas formulaciones ligadas a
sufrimientos y dificultades de la población negra, como se ve en los fragmentos
"La carga es jodida, no es un cuento de hadas", "La tristeza
deforma los rostros de aquí" y "Nosotros nunca entendimos esta
historia coja / Sangre indígena, sudor negro y las iglesias blancas"
(Emicida – 8 [...], 2015). La canción también tiene un estribillo en el que la
base musical es un vocalise realizado con la vocal [ô] en notas más largas y en
un tono ligeramente más alto, complementado con otros sonidos electrónicos,
especialmente scratch; sobre esta
base se insertan collages de fragmentos de otras canciones. Al final, hay un
solo de guitarra sobre el cual Emicida recita un mensaje dirigido al barrio,
invitando a la gente a buscar información ("Vamos a informarnos,
hermano") y a unirse ("Unidos nos mantenemos de pie") (Emicida –
8 [...], 2015).
Así, mientras que el primer tema del disco tendía a ser más festivo, el
segundo adquiere un tono de denuncia de la opresión. Este rasgo se mantiene en
la siguiente canción, titulada "Casa". Las estrofas cantadas por
Emicida tienen la misma tensión en su emisión, con un ritmo estabilizado y
frecuencias correspondientes a las inflexiones de su discurso. Con esta forma
de cantar, el rapero entona varios versos que apuntan a las dificultades y
peligros de estar en el mundo[13], como puede verse en "Allá afuera es selva, solo
entre la luz y la oscuridad / Nós, atrapado en estas fases de guerra, miedo y
monstruos", "Nunca fue fácil, tierra no dócil; esperanza, fósil"
y "Caimán que duerme se hace bolsa" (Emicida - Casa [...], 2015). Por
el contrario, los estribillos de la canción son cantados por voces infantiles,
en un registro agudo, con emisiones suaves y contornos melódicos bien definidos
en términos de notas musicales, y sus versos expresan una relación de
conjunción entre el yo-canción y el mundo: "El cielo es mi padre / La
tierra, mamá / Y el mundo entero es como mi casa" (Emicida - Casa [...],
2015).
Esta alternancia entre emisiones tensas y suavizadas en "Casa"
también encuentra correspondencia en su base musical. Mientras Emicida canta,
el acompañamiento presenta intensos sonidos de bajo que marcan cada compás. Sin
embargo, en otros momentos, las propias voces de los niños cantan una
vocalización, dando más ligereza al tema. También se puede escuchar el timbre
del berimbau, sometido a cierto tratamiento electrónico, que intensifica la
actividad rítmica y remite a la práctica afrobrasileña de la capoeira, en la que
el instrumento es muy utilizado.
4 "Risa feliz"
Tras dos pistas más centrados en la denuncia de las formas de opresión
contra la población negra, con sus correspondientes sonidos más agresivos, el
álbum continúa con un conjunto de cuatro temas más ligeros y sobre todo
festivos. El primero de este conjunto es el cuarto tema, "Amoras",
que es bastante breve, ya que sólo dura 56 segundos. Su acompañamiento se
construye predominantemente con la kalimba, un instrumento con un conjunto de
pequeñas placas metálicas que, al rasguearlas, producen sonidos agudos en
diferentes afinaciones según el tamaño de cada placa. Sobre esta base musical,
Emicida declama un texto utilizando su voz hablada, con una emisión muy suave e
incluso jadeante, en un registro agudo. Así que hay delicadeza tanto en la base
musical como en la voz. El texto de "Amoras" presenta a un cantautor
que relata una situación en la que le dijo a su hija que las moras más oscuras
("las negras") eran las más dulces y sus favoritas, y la niña expresó
su orgullo por ser negra: "Papá, qué bien, porque yo también soy
negra". La letra también destaca los nombres de Martin Luther King, Zumbi
y Malcom X, protagonistas importantes en las luchas de la población
afrodescendiente, indicando que también se verían afectados ("caer en
llanto", "decir que nada fue en vano" y "contárselo a
alguien") (Emicida - Amoras [....], 2015) con el hecho de que "la
dulzura de las frutitas, su sabor tranquilizador" habrían despertado esta conciencia
en un niño.
El orgullo negro regresa en la siguiente pista, el quinto del álbum,
"Mufete" (Emicida - Mufete [...], 2015). Su estribillo exalta varias
regiones periféricas de la ciudad de Luanda, capital de Angola ("Rangel,
Viana, Golfo, Cazenga pois / Marçal, Sambizanga, Calemba Dois") (Emicida -
Mufete [...], 2015). Además, la letra está llena de exaltaciones a la población
negra ("La nobleza vive en nosotros, no en un trono / Por eso somos reyes
y reinas, lo somos") (Emicida – Mufete [...], 2015) y su producción
cultural ("Djavan me dijo una vez / Que la tierra cantaría al tocar mis
pies / Tanta alegría hace brillar mi piel" y "Ahí, 'cá en la cintura
de las chicas de Cabo Verde / Y en las miradas de la gente en Luanda / Ni en
sueños iba a saber que / Cada lugar que pisara daría un samba") (Emicida –
Mufete [...], 2015). Además, según los comentarios de Joel Inga, el batería
angoleño que grabó la canción, el patrón rítmico utilizado en la canción se
acerca a la kizomba, un género musical de baile originario de Angola, lo que
intensifica el ambiente festivo presente en la letra (Emicida - Documentário
[...], 2017).
Destaca un verso en particular: "Vincula la piel negra con una risa
alegre." (Emicida - Mufete [...], 2015), que apunta a la necesidad de
crear nuevos imaginarios en torno a la población negra, alejándose de la
perspectiva del sufrimiento y reconociendo que también hay alegría en las
experiencias de la diáspora africana. El verso se acerca así a las reflexiones
de la pensadora, teórica y activista bell hooks (2019), quien considera que
[...] una tarea fundamental de los pensadores negros críticos ha sido la
lucha por romper con los modelos hegemónicos de ver, pensar y ser que bloquean
nuestra capacidad de vernos a nosotros mismos bajo una luz diferente, de
imaginarnos, describirnos e inventarnos de maneras que sean liberadoras (hooks,
2019, p. 32-33).
La siguiente pista, "Baiana" (Emicida - Baiana [...], 2015),
el sexto del álbum, sigue tratando sobre la exaltación de los negros. Aquí, sin
embargo, el significado es, a primera vista, más individualizado y menos
colectivo que en "Mufete". En esta canción, el cantautor expresa su
fascinación por una mujer negra ("color nagô") nacida en el estado de
Bahía, que le habría fascinado besándole "en la comisura de los
labios" (Emicida - Baiana [...], 2015). Sin embargo, aunque la declaración
está dirigida a una mujer específica, no se menciona ningún nombre propio, sino
que se la designa solamente como bahiana
("Bahiana, me desorganizaste") (Emicida – Baiana [...], 2015). En
consecuencia, aunque parte de una perspectiva individual, la canción acaba
siendo un homenaje a todas las mujeres negras de Bahía, así como una reverencia
a toda una vertiente de la canción popular brasileña que exalta a las baianas y
a Bahía[14]. Cabe destacar que la canción también cuenta con la
participación del bahiano Caetano Veloso, uno de los artistas brasileños más
reconocidos en el panorama de la canción popular brasileña, que dobla a Emicida
en los coros. Esta participación simboliza la expansión de la legitimidad cultural
del rap, uno de los componentes de su nuevo estatus, como señala Santos (2022).
La canción "Passarinhos" (Emicida - Passarinhos [...], 2015),
la séptima del disco, cierra este conjunto de canciones que da más ligereza al
álbum. Su acompañamiento musical tiene un patrón rítmico que recuerda al
reggae, un género musical también asociado a la diáspora africana, más
concretamente en Jamaica[15], y que estimula el balanceo del cuerpo de los
oyentes. Los instrumentos seleccionados para integrar esta base musical también
aportan suavidad a esta pista: el ukelele, un cordófono de menor potencia
sonora y registro medio-agudo, lleva inicialmente la conducción rítmica,
complementado por una batería acústica tocada con ataques menos intensos, así
como por la guitarra eléctrica y el bajo, también con sonoridades ligeras y
contribuyendo a la subdivisión rítmica. La canción tiene una línea melódica
bien definida, estabilizada en notas musicales, y también cuenta con la
participación de la cantante Vanessa da Mata que, a veces, dobla el canto de
Emicida y, otras, realiza un contracanto.
Sin embargo, la letra de la canción contrasta un poco con la sencillez
de la dimensión musical. Esto se debe a que trabaja a partir del
establecimiento de paralelos entre la vida humana y el vuelo de los pájaros
("Y en medio de todo esto / Somos como pajaritos / Sueltos volando
dispuestos") (Emicida – Passarinhos [...], 2015), y termina destacando
problemas y dificultades, como se nota en los fragmentos "Caídos de vuelos
cansados / Complicados y pensativos / Heridos después de tantas pruebas"
(Emicida – Passarinhos [...], 2015), "Mira lo que quedó de nosotros y lo
que ya era" (Emicida – Passarinhos [...], 2015), "En colapso, el
planeta gira / Tanta mentira aumenta la ira de quien sufre en silencio / La
página gira, el cuerdo delira, entonces enloquecemos" (Emicida –
Passarinhos [...], 2015) y "Las ciudades son aldeas muertas" (Emicida
– Passarinhos [...], 2015). Por otro lado, el estribillo de la canción suaviza
este diagnóstico apuntando a la esperanza de encontrar un lugar seguro
("encontrar un nido"), aunque sea en las relaciones afectivas
("Aunque sea en el pecho del otro") (Emicida - Passarinhos [...],
2015). Así, aunque gran parte de la letra alude a la adversidad, acaba
predominando el ambiente de optimismo, tanto por la reiteración del estribillo
como por las características musicales. En cualquier caso, el contenido de sus
letras parece ya una transición hacia los demás temas que se presentan más
adelante en el álbum.
5 Melancolía y venganza
A continuación, para iniciar el tercer bloque temático, escuchamos otra
pista más corta, "Sodade"[16], el octavo del álbum, con una duración de 1 minuto y
10 segundos. Cabe destacar que Emicida no participa en este tema, ni en su
escritura ni en su interpretación. La canción la canta la mencionada Neusa
Semedo, que, como hemos sabido, lidera un grupo de batucadeiras en Cabo Verde.
Esta es la única pista que no se canta en portugués, sino que se canta, según
Luis Gustavo Coutinho, miembro del equipo del portal Música Pavê, en criollo
caboverdiano (Pavezeiros, 2015). Su acompañamiento consiste simplemente en un
ritmo en torno a los 70 bpm con un timbre electrónico similar al de un caxixi o
algún otro sonajero. Sobre esta base, Neusa Semedo desarrolla su canción, que
subdivide este pulso ternariamente, pero tiene muchas notas largas, sobre todo
al principio y al final de las frases. La línea melódica tiene un carácter algo
anguloso, comienza en una región más alta y termina en el bajo. Estas
características -poco movimiento rítmico, notas largas y una melodía que tiende
hacia el bajo- confieren a la canción un cierto carácter melancólico [17], sugerido ya desde su título[18].
La siguiente pista, "Chapa", el noveno del álbum, mantiene el
carácter no eufórico ya presente en "Sodade". Comienza con una mujer
hablando con acento del nordeste, diciendo que busca a dos niños en la ciudad
de São Paulo, introduciendo el tema central de la canción, que se desarrollará
a medida que avance la canción y se comentará a continuación. El acento de esta
voz alude a la inmigración de personas del noreste al sureste, que no siempre
pueden encontrar empleos formales y por ello buscan su sustento en la
informalidad[19]. Este aspecto está relacionado con el propio término
"compa", que da título a la canción y que el enunciador utilizará
para dirigirse a su interlocutor, que suele emplearse para referirse a los
trabajadores informales, como los recolectores de café y los
cargadores/descargadores de camiones.
Al comenzar la parte cantada, el yo-lírico dialoga con un vecino que
había estado desaparecido, pero que acababa de encontrar ("Compa, dale,
estoy feliz de tropezarme contigo") (Emicida – Chapa [...], 2015). En este
diálogo, el narrador enfatiza toda la tristeza causada por la ausencia de su
interlocutor, especialmente por parte de su madre ("Su madre llora / No se
puede olvidar / Que el dolor viene sin aviso, sintió", "Ella está
atrapada en la idea de que aún te verá") (Emicida – Chapa [...], 2015) y
de su compañera ("Compa, tu chica sonrió, pero era un sueño / Y cuando
vio, despertó deprimida") (Emicida - Chapa [...], 2015). La letra también
contiene algunos indicios que sugieren que la desaparición de la
"chapa" se debió a cierto estado depresivo ("Te equivocas al creer
/ Que allí nadie te quiere") (Emicida - Chapa [...], 2015). La dimensión
sonora contribuye a reforzar este tono abatido, con una línea melódica en la
región grave, un acompañamiento con poca subdivisión rítmica y el uso de la
tonalidad menor. La canción del yo también hace una petición para que el vecino
vuelva ("Júrame que fue / Y que ahora todo se arreglará", "Hasta
pronto, quiero ver a tu familia feliz en el camino") (Emicida - Chapa
[...], 2015).
Explorando esta petición, el estribillo de la canción rompe esta
atmósfera más melancólica y proyecta la expectativa del regreso del personaje:
"No veo la hora de que llegue el día en que te vea / Volver a nosotros /
Tu voz diciéndonos, el portazo / Enciende una risa alegre / Va a ser tan
bueno" (Emicida - Chapa [...], 2015). En consonancia con el cambio de
carácter de la letra, los elementos musicales también acentúan esta esperanza:
el patrón rítmico del acompañamiento se convierte en una pista de samba, el
canto evoluciona hacia un tono más agudo y se vuelve más sincopado. Aun así, se
mantiene la tonalidad menor, lo que nos ayuda a entender que, a pesar de las
expectativas, la realidad todavía no ha cambiado, ya que el personaje aún no ha
regresado (y puede que no haya superado su estado depresivo).
Con la siguiente pista, "Boa esperança", el álbum alcanza su
ápice de agresividad, tanto sonora como por su carácter de denuncia. Sus letras
expresan con fuerza las diversas consecuencias de la esclavitud que siguen
impregnando la vida cotidiana de la población negra. Su estribillo establece
una aproximación entre los actuales camburões policiales y los antiguos barcos
negreros, así como entre las favelas y las senzalas ("Y el camburão, ¿qué
son? / Negreiros a retraficar / Favela ainda é senzala, Jão") (Emicida -
Boa [...], 2015). Al mismo tiempo, varias partes de la canción apuntan a una
actitud de venganza. Esto aparece ya en el verso final del estribillo, cuando
dice que que la favela es una 'Bomba de
tiempo a punto de estallar', y se desarrolla en las estrofas, en versos como
'La violencia se adapta, un día regresará a ustedes', 'Queremos ser dueños del
circo / Nos cansamos de la vida de payaso' y 'Dicen que nuestra verga es grande
/ Esperen a ver nuestro odio'" (Emicida - Boa [...], 2015). Esta última
línea, de hecho, puede verse como una refutación a la hipersexualización de los
cuerpos negros.
La repulsión presente en la letra se expresa también en su dimensión
sonora. La batería electrónica vuelve a tener tonos secos, con ataques intensos
y decaimiento rápido, similar a lo que se escuchaba en las canciones
"8" y "Casa", con un ritmo que marca los cuatro compases
del compás. Además, el marcaje, que suele correr a cargo del bombo, que suena
más seco, tiene aquí un sonido más metálico y estridente. El acompañamiento se
complementa con un tono de contrabajo electrónico, con un gran número de
armónicos graves, que generalmente sólo marcan el principio del compás. El
canto se reparte entre Emicida, que se encarga de las estrofas, y el rapero J.
Ghetto, que corean los estribillos. Estos tienen una línea melódica más
definida, con el canto estabilizado en notas musicales, pero la emisión de J.
Ghetto transmite cierta tensión, compatible con las letras. Emicida también
emplea una emisión muy tensa, estabiliza rítmicamente su canto, pero hace que
los tonos coincidan con los de la voz hablada, sonando especialmente agresivo.
Le sigue otro de las pistas cortos del álbum. Se trata de
"Trabalhadores do Brasil", la undécima del disco, que dura 1 minuto y
22 segundos. Al igual que "Sodade", la pista no cuenta con Emicida,
ya que en realidad consiste en un poema de Marcelino Freire[20], recitado por el propio poeta, sin ningún
acompañamiento instrumental. Al principio, la entonación de Freire tiene
inflexiones muy pronunciadas, unas veces se desplaza hacia tonos más agudos y
otras hacia tonos más graves, sonando un poco caricaturesca y sugiriendo cierto
humor. El texto enumera diversas actividades - cortar caña de azúcar, vender
carne de lunes a lunes, trabajar como guardia de seguridad y limpiar fosas sanitarias
- que suelen desempeñar personas con un nivel económico más bajo.
Sin embargo, lo que llama la atención es el hecho de que, en el poema,
los sujetos que llevan a cabo estas acciones son orishas, como Oloroquê,
Obatalá, Olorum y Ossonhê, o incluso personajes negros icónicos, como Zumbi y
la "Reina Quelé" Clementina de Jesús. Esto simboliza la ascendencia
y, en cierto modo, la divinidad presente en cada mujer y hombre negros. Además,
de vez en cuando, el texto repite la expresión "¿Me estás escuchando?",
que interpela al oyente y se entona con cierto énfasis. Luego, al final del
tema, esta expresión se repite unas cuantas veces, con intensidad y frecuencia
crecientes, culminando en una provocación al oyente blanco: "Blanco
cabrón: / Aquí nadie es esclavo de nadie" (Emicida - Trabalhadores [...],
2015). Así, si los rasgos caricaturescos del principio da pista parecían
inicialmente contrarrestar la refutación que se escucha en "Boa
esperança", al final del tema se ve que la provocación se ha mantenido.
Este bloque termina con "Mandume", el duodécima pista del
álbum, producido en colaboración y en el que participan Drik Barbosa, Amiri,
Rico Dalasam, Muzzike y Raphão Alaafin. Así que la canción consiste básicamente
en un estribillo, cantado principalmente por Emicida, y estrofas cantadas por
cada uno de los invitados, así como una cantada por el propio Emicida, y un
estribillo final cantado por todos. Es la canción más larga del álbum, con un
total de 8 minutos y 15 segundos. Su estribillo apunta a otra herencia de la
época esclavista, que son los mecanismos de mantenimiento de las diferencias
sociales mediante, sobre todo, la docilidad y el olvido de las diversas formas
de opresión.("Quieren que alguien que viene de donde nosotros venimos /
Sea más humilde, baje la cabeza / Nunca se defienda, haga como que se ha
olvidado de todo") (Emicida - Mandume [....], 2015), y estos temas se
exploran de diferentes maneras en las estrofas. Destaca la participación de una
mujer (Drik Barbosa) y de un hombre que ha salido del armario como homosexual
(Rico Dalasam). Con ello, la pista expresa el protagonismo femenino y
LGBTQIAPN+ en el álbum, otro componente de la nueva condición del rap.
6 Vuelta a la fiesta
Tras las tensiones y enfrentamientos de las cinco últimos pistas, el
álbum concluye con dos canciones que vuelven a la exaltación de la negritud. La
primera de ellas es "Madagascar", una lírica canción de amor
ambientada en las "noches de Madagascar". Así, sus letras a veces
alaban a la persona amada, a veces contemplan y celebran el paisaje local, como
ocurre en su estribillo:
¿Cuántas estrellas vi en tus ojos?
Cosas a las que puedo acostumbrarme fácilmente
Puedo acostumbrarme
Cielo azul, veo el mar
Pájaros, pájaros, pájaros cantando
Son cosas a las que puedo acostumbrarme fácilmente.
Puedo acostumbrarme perfectamente" (Emicida -
Madagascar [...], 2015).
Musicalmente, el acompañamiento musical del estribillo corre a cargo de
un piano Fender Rhodes y una guitarra acústica, que no establecen un patrón
rítmico, dejando la base bastante suelta. También en el coro, el canto corre a
cargo de Jonas Paulo y Fattú Djakité, que cantan con una voz suave, incluso
ligeramente jadeante, en un arreglo vocal con voces de apertura. A
continuación, las estrofas tienen una marcación rítmica más definida por la
batería electrónica y son cantadas por Emicida, que a veces estabiliza su voz
en notas musicales y otras realiza una emisión más hablada. La presencia de la
batería electrónica se extiende a la repetición del estribillo, dándole más
movimiento, pero sin restarle lirismo.
Por último, la canción "Salve Black (estilo livre)" (Emicida -
Salve [...], 2015) cierra el álbum. La pista tiene un carácter percusivo muy
pronunciado, con una clave similar a la de la rumba, lo que lo acerca a los
ritmos afrolatinos. La letra del estribillo comienza con una posible referencia
a la propia diáspora africana ("La vida llevó a cada uno de nosotros a un
rincón diferente, tormento") (Emicida – Salve [...], 2015), que habría
promovido una desarticulación de las comunidades y el aislamiento de las
personas negras ("Dispersos como estrellas solitarias, hojas al
viento") (Emicida – Salve [...], 2015), pero concluye destacando la
importancia de la colectividad: "Mi familia, mi gente / Compañerismo al
cien por ciento" (Emicida – Salve [...], 2015). Este carácter se ve
reforzado por la propia representación, ya que el estribillo es cantado a coro
por Emicida, Djose, Alejandra Luciani, Ênio Cesar, Manno G y por Lakers y Pá,
simbolizando musicalmente la fuerza del colectivo.
Algunos versos de las estrofas reiteran la importancia de la unión
("Mantente firme, hermano / Saluda a tu hermano, que está a tu lado /
Todos están unidos") (Emicida – Salve [...], 2015), celebran la cultura
negra ("El rap nacional nos fortalece") y destacan algunas
personalidades negras como Ella Fitzgerald. Además, en su canción, Emicida da
las gracias a los países y pueblos de Cabo Verde y Angola, donde se produjo el
álbum, así como a los miembros de su equipo que le acompañan desde hace mucho
tiempo ("Vinícius, Djose, Zala, Fióti / Conmigo desde el principio")
(Emicida - Salve [...], 2015). Al igual que una presentación en vivo que llega
a su fin, los versos finales se despiden de forma festiva de su oyente:
"¡Hey hermano, aquí es la periferia / Un gran abrazo a todos / Axé!"
(Emicida - Salve [...], 2015).
7 Consideraciones finales
Tras examinar cada uno de las pistas de Sobre crianças, queda claro, como ya se ha dicho, que el álbum
expresa una diversidad de experiencias vinculadas a la diáspora africana. Este
carácter coincide con el título del álbum, ya que aborda temas como los niños, especialmente en
"Amoras" (Emicida – Amoras [...], 2015); las caderas, como en el verso "Ahí, en la cintura de las chicas de
Cabo Verde" de "Mufete" (Emicida – Mufete [...], 2015), además
del aspecto bailable presente en muchas pistas; las pesadillas, expresadas en las diversas formas de opresión y
violencia relatadas en las canciones; y las tareas
escolares, relacionadas posiblemente con procesos de concientización, como
se escucha en "Vamos a buscar informarnos, hermano" en la canción
"8" (Emicida – 8 [...], 2015) y en "La gente solo es feliz /
Quien realmente sabe que África no es un país / Olvida lo que dice el libro, él
miente" en la pista "Mufete" (Emicida – Mufete [...], 2015).
En este sentido, parece pertinente reunir las observaciones realizadas
hasta ahora con algunas de las discusiones de Santos sobre el desfile de 2016
de Laboratório Fantasma, la empresa fundada por Emicida y su hermano Evandro
Fióti, en la Semana de la Moda de São Paulo (SPFW), uno de los mayores eventos
mundiales del circuito de la moda y tradicionalmente vinculado a las élites
económicas y culturales. La socióloga valoró este evento como una
"intervención política innovadora, porque nunca antes la pasarela SPFW
había sido ocupada por tantas personas negras y fuera de lo que se considera el
estándar de belleza desde un punto de vista eurocéntrico" (Santos, 2022,
p. 15). Pero al mismo tiempo, el autor reflexionó:
El
significado social del desfile se estructuró, sobre todo, en torno a honrar la
historia de la resistencia africana e intentar reivindicar la cultura y la
lucha de las mujeres y los hombres negros, cuya historia ha estado marcada por
una conocida opresión y la consiguiente falta de oportunidades. Sin embargo, la
clave del artista no enfatiza el dolor y la subordinación de los negros, sino
la posibilidad de narrar y construir una historia donde el potencial gana
fuerza (Santos, 2022, p. 15).
Como señaló Santos, el álbum Sobre
crianças también se centra en la recuperación de la historia de la
resistencia africana. Sin embargo, en el tema que nos ocupa, es más difícil
decir si hubo o no un énfasis en el dolor y la subordinación de los negros.
Estos temas están ciertamente presentes, especialmente en lo que aquí se ha
designado como el tercer bloque del álbum, compuesto por las pistas
"Sodade", "Chapa", "Boa esperança",
"Trabalhadores do Brasil" y "Mandume", así como en las pistas
"8" y "Casa", del primer bloque. Sumados, estas pistas
ocupan casi 26 minutos, es decir, la mitad de la duración de todo el álbum,
algo significativo. Entonces, ¿qué significa un álbum que se divide a partes
iguales entre canciones de denuncia y canciones de fiesta?
Un examen más panorámico del disco puede ayudar a aclarar esta cuestión.
Cuando se vuelven a examinar las pistas desde la perspectiva de los temas
centrales de las canciones, uno se da cuenta de que el álbum..:
- comienza con un
carácter festivo y sencillo en "Madre";
- adquiere un tono de
denuncia de la opresión en "8" y "Casa";
- vuelve a la fiesta
y a la ligereza en "Amoras", "Mufete", "Baiana" y
"Passarinhos";
- alcanza la cúspide
del lamento, la denuncia y la venganza en "Sodade",
"Chapa", "Boa esperança", "Trabalhadores do
Brasil" y "Mandume";
- termina con una
vuelta a la fiesta en "Madagascar" y "Salve Black
(freestyle)".
Por lo tanto, puede verse que el disco tiene un arco que comienza y
termina en una perspectiva festiva y de celebración. Es más, su pista final
apunta al proceso de producción del disco a través de los agradecimientos de
Emicida al equipo de producción y a los países que visitó, así como a través de
la "despedida" en los últimos versos. De este modo, el propio álbum
revela su condición de mercancía fonográfica, y esto puede ser importante para
comprender sus significados: la diversidad de perspectivas presentadas en Sobre crianças, su equilibrio entre
exaltación y denuncia, así como su comienzo y final en tono festivo, apuntan a
un producto que quiere establecerse frente al nuevo estatus del rap que, como
constató Santos (2022, p. 16), "ha agradado a un público universitario y
de clase alta". No es gratuito, por lo tanto, que algunos estudios como el
de la socióloga Vanessa Vilas Boas Gatti (2015) reconozcan una proximidad entre
la producción de Emicida y la llamada "Nueva MPB". Del mismo modo, no
es raro que el equilibrio entre una perspectiva más festiva y otra más
combativa, presente en el álbum Sobre
crianças, se encuentre también en discos vinculados a la samba y a diferentes
vertientes de la MPB.
Sobre crianças también se refiere a otro debate que ha tenido lugar
dentro del rap, a saber, el de su función social[21]. Santos retoma este tema, basándose principalmente en
las reflexiones del sociólogo Márcio Macedo y del historiador Guilherme Machado
Botelho. El primer autor reconoce la transición del hip hop en Brasil de una
"cultura de la calle", predominante entre 1983 y 1989, a una
"cultura negra" entre 1990 y 1996, y luego a una "idea de cultura
periférica" en la segunda mitad de los años noventa. Así pues, estas
consideraciones ponen de relieve las diferentes funciones sociales que ha
asumido el hip hop. Botelho, por su parte, reconoce una diferenciación entre el
rap como "cultura musical" y como "género musical". En el
primer caso, el rap se asociaría a grupos con "rasgos étnicos, clases
sociales e intereses comunes" (Botelho, 2018 apud Santos, 2022, p. 4); el segundo se pensaría en una
"lógica comercial sólo como género musical" (Santos, 2022, p. 4).
Sin embargo, siguiendo el argumento de Santos (2022), el caso de Emicida
parece revelar que el rap va más allá de su condición de género musical para
convertirse en algo así como un concepto o un estilo de vida. Sigamos las
palabras de la autora:
El
rap, originalmente vinculado a la cultura hip-hop y luego como "género
musical" -dada su entrada en la fonografía desligada de su organización
social dentro de la cultura hip-hop (Botelho, 2018)-, ahora también puede ser
pensado no sólo como música, sino como un concepto -un estilo de vida y de
consumo que va más allá de sus "orígenes" (Santos, 2022, p. 14)-.
Este aspecto se materializa en el álbum Sobre crianças, sobre todo en la diversidad de referencias sonoras
que lo componen. Además, Santos examina una entrevista con Emicida y se da
cuenta de cómo, allí, él demarcaba "su lugar como artista",
defendiendo el rap como "música libre" y que, por lo tanto, no debía
ser "sólo una narrativa de problemas sociales", sino que podía
"hablar de amor, 'de la vida'" (Santos, 2022, p. 6). Es, por tanto,
un rap que no se limita a las tradiciones poéticas y musicales del propio rap.
¿Sigue siendo rap? Esto es ciertamente discutible, pero apunta a las nuevas
funciones que está asumiendo el rap.
En resumen, tomando prestados algunos de los versos escuchados en el
álbum, cuando la bomba de relojería estaba a punto de estallar ("Boa
esperança"), el disco pasa a temas a los que el público oyente, de
diferentes ámbitos, puede acostumbrarse fácilmente ("Madagascar").
Tal vez ésta sea a la vez la fuerza y el límite de Sobre crianças: por un lado, el álbum tiene la capacidad de llegar
a un segmento de oyentes muy amplio y diverso; por otro, la comodidad del
constante retorno a la fiesta puede atenuar un potencial gesto de revancha,
conduciendo a una cierta inmovilidad.
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Acesso em: 02 fev. 2024.
[1] A
partir de ahora, nos referiremos al álbum de forma abreviada como Sobre crianças.
[2] Los comentarios sobre las interpretaciones vocales utilizadas en las canciones aquí tratadas se basan en los modos de fonación descritos en la tesis de Matheus Corusse (2021, p. 39-41).
[3] Los versos
de esta primera estrofa son: "Una sonrisa en la cara, una opresión en el
pecho / Impuesto, imperfecto, como un respaldo, estrecho / Banzo, he visto
tanto ahí fuera / Pranto, llorando cantando, haciendo reír a los demás".
[4] Las
consideraciones expuestas aquí y a continuación se basan en las nociones de fuerza entonativa y forma musical desarrolladas por el músico y lingüista Luiz Tatit
(2016). Para el autor, la primera está vinculada al "lenguaje oral y sus
modulaciones expresivas conocidas como entonaciones" (Tatit, 2016, p. 45)
y la segunda a "una instancia más 'artística'" en la que la voz
"puede operar en igualdad de condiciones con otros instrumentos"
(Tatit, 2016, p. 46). El autor considera que ambos son puntos extremos del
discurso de la canción que, si se exploran hasta sus límites, podrían eliminar
al otro y desestabilizar así la propia creación de la canción. En palabras del
autor, "la acción exclusiva, por un lado, de la forma musical, o, por
otro, de la fuerza entonativa, prefigura una cierta parálisis en el
funcionamiento regular del lenguaje canoro. Esto provoca en los compositores el
deseo intuitivo de atenuar ya sea el 'exceso de música' o el 'exceso de
discurso', con la esperanza de recuperar la eficacia persuasiva de sus
obras" (Tatit, 2016, p. 47). 47). Por el momento, se trata de comprender
cómo la fuerza de la entonación y la forma musical se expresan en diferentes
maneras de cantar en la pista "Mãe".
[5] A
partir de la información presentada hasta ahora, especialmente el uso de la
enunciación en primera persona y la materialización de la canción en las voces
de Emicida y de su madre, Doña Jacira.e, Dona Jacira, queda bastante claro que
la canción "Mãe" está fuertemente relacionada con la propia trayectoria
y experiencia del rapero. Para evitar cualquier duda, el recitado de doña
Jacira termina diciendo que el nombre de este "tercer hijo" era Leandro, el nombre de bautismo de
Emicida. Sin embargo, este rasgo un tanto autobiográfico no será explorado en
los comentarios sobre esta canción, ya que entiendo que los significados que
adquiere van más allá de este ámbito individual.
[6]
Recientemente, la monografía de la historiadora Mariana Mostranges (2023)
exploró las posibilidades de acercamiento entre Brasil y África en el disco Sobre crianças. En su estudio, la autora
trazó un mapa de los comentarios de los críticos musicales sobre el disco,
analizó cada una de sus pistas y también basó sus reflexiones en entrevistas
con Emicida. Llegó a la conclusión de que el álbum era "un objeto complejo
de inestimable riqueza para (re)encantar y así resignificar conocimientos,
valores, experiencias y culturas [negras] que la historia oficial ha intentado
borrar durante mucho tiempo" (Mostranges, 2023, p. 99). Los análisis aquí
presentados, aunque tengan cierta proximidad con los de Mostranges, no van en
la dirección de entender el álbum desde la perspectiva del acercamiento entre
Brasil y África, sino más bien como una cierta forma de expresar la experiencia
de la diáspora africana.
[7] Disponible
en: https://emicida.com.br/escute?lang=ptbr. Fecha de
consulta: 06 de enero de 2024.
[8] Los álbumes anteriores
de Emicida, según esta discografía, son: Pra
quem já mordiu um cachorro por comida, até que eu cheguei longe... (2009), Sua mina ouve meu rep tamém (2010), Emicídio (2010), Doozicabraba e a Revolução Silenciosa (2011), Criolo & Emicida ao vivo (2013) y O glorioso retorno de quem nunca esteve aqui (2013). De ellos, el álbum
Sua mina [...] está designado en
Spotify como EP, posiblemente porque sólo tiene seis pistas y una duración
total de 16min26s.
[9] Para más información
sobre las batallas de freestyle y, en
particular, las Batallas de Santa Cruz, véase Teperman (2015).
[10] Al
tomar el álbum como unidad de análisis, el artículo se aproxima a otros
estudios que también se han centrado en el mismo tema, como los de José Adriano
Fenerick y Carlos Eduardo Marchioni sobre los álbumes Sgt. Peppers (Fenerick; Marchioni, 2008) y Álbum branco (Fenerick; Marchioni, 2015), de los Beatles, y Walter
Garcia (2016) en el disco Encarnado
de Juçara Marçal.
[11] La carrera artística de Emicida comienza probablemente con el
lanzamiento del mencionado "Contraditório vagabundo" en 2005.
[12] La
atribución de un carácter lírico a la canción "Mãe" se basa en la
caracterización del género lírico establecida por el crítico Anatol Rosenfeld.
Para el autor, en este género "una voz central expresa un estado de ánimo
y lo traduce en frases. Es esencialmente la expresión de emociones y
disposiciones psíquicas, a menudo también de concepciones, reflexiones y
visiones tal como se viven y experimentan intensamente" (Rosenfeld, 2000,
p. 22). En el caso de la canción aquí comentada, se entiende que su lirismo proviene
principalmente del hecho de que expresa la mencionada sintonía entre el
cantautor y su madre.
[13]
Aunque el tema central de "Casa" son las dificultades de vivir, cabe
destacar que su letra incluye una serie de figuras e imágenes vinculadas a la
naturaleza (selva, suelo, caimán, cielo, tierra). En este sentido, aunque estos
términos suelen tener una función metafórica al simbolizar los peligros de la
vida, la canción puede dar lugar a interpretaciones que la asocien al tema de
las preocupaciones ecológicas.
[14] A
título ilustrativo, entre las muchas canciones que exaltan Bahía y las baianas
están "O que é que a baiana tem?" (Dorival Caymmi), "Você já foi
à Bahia?"(Dorival Caymmi), "Na baixa do sapateiro" (Ary
Barroso), "No tabuleiro da baiana" (Ary Barroso), "Falsa
baiana" (Geraldo Pereira) y "Bahia com H" (Denis Brean).
[15] Más
información y reflexiones sobre el reggae desde la perspectiva de la diáspora
africana en el artículo de Hinkel y Maheirie (2022).
[16] EMICIDA - SODADE (Pseudo Vídeo).[S.
l.]: Laboratório Fantasma, 2015. 1 vídeo (2 min.). Publicado por el canal
Emicida. Disponible en: https://youtu.be/xqlJlKEoCBI?si=aNYoIme0PZ2IxzK1. Fecha de consulta: 25 de julio de 2024.
[17] Este
carácter también fue percibido por Mostranges (2023, p. 18), quien destacó, en
un momento, "la tristeza de la melodía y del canto" y, en otro, la
"melancolía de la voz de la cantante y de los sonidos que la rodean"
(Mostranges, 2023, p. 65).
[18] Cabe
señalar que "Sodade" es también el título de una canción de la
cantante caboverdiana Cesária Evora, que también tiene un aire melancólico,
aunque con características musicales diferentes a la de Neusa Semedo, grabada
en el disco de Emicida.
[19] Según
el estudio de Oliveira y Jannuzzi (2005, p. 142), "la dificultad de
encontrar trabajo en el lugar de residencia anterior, ya sea debido a la alta
competitividad del mercado formal o a la inestabilidad del sector informal del
mercado laboral" ha sido un factor de impacto para las migraciones de
retorno al Nordeste.
[20] El
poema fue publicado en el libro Contos
negreiros, editado por Record en 2005. Se puede encontrar una reseña del
libro en Valenciano (2007).
[21] Este
tema también aparece en el artículo "A formação de um campo de valores e sua
difusão e defesa – o caso do rap brasileiro (1988-2015)", del historiador
Roberto Camargos, que también forma parte del dossier "Canção popular,
mercado musical e política no Brasil do século XXI" publicado en este
número de PerCursos.
[ii] Contribuciones de los autores: conceptualización; análisis formal; investigación; administración de proyectos; supervisión; visualización; escritura - borrador original; redacción - análisis y edición.
[iii] Contribuciones de los autores: conceptualización; análisis formal; investigación; visualización; escrito - borrador original.